Gerardo “el Mudo” Prandi, expresidente del club y colaborador activo en el área social de la institución, no dudó en señalar que la convocatoria significó mucho más que un encuentro de camaradería, “teníamos el interés de recordar a muchos deportistas que pasaron por el club y que para mí es una generación de oro para el Plaza, la generación del ’60 y del ’70, tanto en lo deportivo como en lo institucional”.
Prandi recordó que esa etapa fue especialmente fructífera a nivel deportivo, porque “Plaza logró campeonatos muy importantes: el del ‘61, el del ‘64, consiguiendo en la década del ‘70 seis títulos”.
Pero además fue trascendental a nivel institucional, “en esa misma época se inauguró el Parque Cincuentenario, después el gimnasio y en el ‘76 la piscina”.
“Fue una época fundamental en la historia del club”, señaló.
El almuerzo fue excusa y homenaje. Una oportunidad para abrazar a viejos amigos, revivir recuerdos y rendir tributo a quienes ya no están.
“Me parece que es importante que el club siempre recuerde a sus deportistas, en cualquier rama. Empezamos con el fútbol, pero tal vez después sigan las generaciones del 80 y del 90. Incluso el año que viene deberíamos reconocer a la gente de la piscina, que cumple 50 años de su inauguración. El club siempre tiene que recordar a los que hicieron su historia”, subrayó “el Mudo”.
La jornada estuvo cargada de anécdotas, emociones y reencuentros entrañables.
“Ellos disfrutan más que uno, porque vuelven a acordarse de viejos partidos. Son gente que ya tiene más de 70 y 80 años y siempre es bueno este tipo de reunión. Sirve para recordar a los que no están: futbolistas, dirigentes, hinchas. Siempre es bueno recordar también al ‘viejo’ Plaza”.
Finalmente, Prandi destacó la importancia de mantener viva la memoria y el legado del club, “ahora que estamos en el fútbol profesional muchas veces se tiende a olvidar lo que fue Plaza, un club que siempre tuvo una gran historia deportiva, entrañable, con dirigentes y deportistas de excepción. Desde la época de su propia fundación, con Alberto Suppici a la cabeza, su mensaje fue pasando de generación en generación hasta llegar a hoy. Y esa historia es la que sostiene este presente”.
El reencuentro, más que una comida compartida, fue un verdadero acto de pertenencia y reconocimiento.
Una manera de fortalecer los lazos, honrar la memoria y reafirmar que el Club Plaza de Deportes sigue siendo, para todos, una familia que trasciende los tiempos.


